Joyas de Conexión

La joya de conexión quincenal aplica el Diálogo Consciente y Compasivo a situaciones de la vida diaria y ofrece claridad y habilidades prácticas. Puedes encontrar una Joya de Conexión determinada usando la lista o el motor de búsqueda a continuación.

¿Quieres recibir apoyo para tu práctica?

Suscríbete con tu dirección de correo electrónico para recibir de forma completamente gratuita nuestro boletín, la “Joya de conexión”, y los próximos ofrecimientos de cursos y talleres.

ARCHIVO DEL BOLETÍN

Escrito por Elia Paz con la traducción y contribución de Violaine Felten y Fer Matteo Escrito por Elia Paz con la traducción y contribución de Violaine Felten y Fer Matteo

El poder movilizador del enojo

Esta Joya de Conexión está disponible en formato audio

El enojo puede actuar como una energía movilizadora o una alarma destinada a dirigir tu atención hacia una amenaza a las necesidades universales. Puede actuar como una emoción que apoya el cambio. Llama nuestra atención y nos pone en movimiento. 

Ésta es la función del enojo que vemos en diferentes partes del mundo en el actual impulso por la justicia racial, por ejemplo. El enojo en ese caso se expresa para llamar la atención sobre la amenaza real que existe desde hace siglos para las necesidades de seguridad, aceptación, inclusión, justicia, equidad, respeto y más en las vidas de las BIPOC (personas negras, indígenas y otras personas no blancas). Busca aumentar la consciencia y el reconocimiento de esa amenaza hacia las personas y sus necesidades, tanto como reparar los daños producto de la colonización, trata de personas y otros procesos históricos que no contribuyeron a la vida.

Un ejemplo más personal que puede resonar en algunas familias es el enojo de peques y adolescentes cuando dicen algo como: “¡Nunca me dejan hacer nada en esta casa!” En ese caso, el enojo actúa para señalar necesidades no atendidas de autonomía o elección.

Es esencial que seamos capaces de responder a este tipo de enojo, tanto a nivel social, para poder avanzar hacia la justicia y la equidad para todas las personas, como a nivel personal para recuperar la conexión y honrar las necesidades de todos los miembros de la familia. Entonces, ¿cómo puedes responder al enojo con compasión y mantener tu enraizamiento en lo que más importa?

En primer lugar, es fundamental diferenciar el enojo de la violencia. 

Lamentablemente, la mayoría de las personas hemos crecido viendo cómo el enfado desembocaba en violencia, en lugar de presenciar un enojo que abría la posibilidad de un cambio positivo. Si consideras que el enojo es sinónimo de violencia, te resultará muy difícil encontrarte con él con compasión y centrarte en las necesidades que busca atender. En el momento en que percibes el enojo como una forma de violencia, tu sistema nervioso se activa. Tu perspectiva se estrecha y los condicionamientos históricos pueden apoderarse de ti fácilmente y llevarte al abrumamiento, la actitud defensiva, el odio o la violencia.

Un cambio de perspectiva que te puede ayudar a ver el enojo de las otras personas con otra mirada es recordar que es un sentimiento que nunca habla de ti. Incluso si alguna palabra o acción tuya hubiera sido un estímulo para otra persona o grupo de personas, en el fondo de su enojo subyace un anhelo de que puedas reconocer, valorar y considerar sus necesidades, aunque a veces en la superficie pueda entenderse como un juzgamiento sobre tu persona. Cuando nos movemos hacia esa visión, centrada en las necesidades y no en la culpa, nos es más fácil tomar responsabilidad sobre nuestras palabras y acciones, escuchar a la otra persona con el corazón abierto y avanzar hacia una posible reparación.

Veamos cuatro intervenciones clave que te ayudarán a enfrentarte al enojo en ti o en otra persona con compasión y enraizamiento. Estas intervenciones pueden realizarse juntas o por separado, según sea necesario.

  • Regula tu sistema nervioso. Puede que tu sistema de detección de amenazas necesite regulación. Hay muchas formas de regular tu sistema nervioso y puedes encontrar una lista de estrategias entrando aquí. Identifica o recuerda las que mejor te funcionan y practícalas a diario, sin esperar un estímulo en particular, sino de manera constante y regular. Eso te permitirá tener más recursos ante los distintos desafíos de la vida diaria.

  • Enraízate en las necesidades universales. Nombra en voz alta o internamente las necesidades universales que el enojo está intentando señalar. En el caso del enojo por la justicia racial, por ejemplo, podrían ser seguridad, aceptación, inclusión, equidad y respeto. En el ejemplo familiar, podrían ser libertad, empoderamiento, autonomía, importar. 

A continuación, elige la necesidad que más te llame la atención. Concéntrate en tu experiencia de ver satisfecha esa necesidad en tu vida. Mantén la atención en esa necesidad hasta que puedas experimentar su fuerza en tu cuerpo. De este modo, te nutrirás de la energía de esa necesidad y cambiarás tu estado interno, volviendo a tu centro y a una visión más expansiva. Esta práctica al igual que la anterior te proveerá con más recursos para responder al enojo desde el corazón.

  • Abre tu corazón a la compasión. Deja que tu atención descanse en la compasión por el sufrimiento propio y ajeno. Recuerda que debajo del enojo hay sentimientos vulnerables como el miedo, el dolor y la tristeza. Si te reconoces como de piel blanca, escucha las historias de las personas de la mayoría global que no se ven incluidas en ese grupo. Si cuidas a menores de edad, escucha su punto de vista; probablemente notes debajo de su enojo cierta frustración o desesperación por no poder tomar decisiones autónomas. 

Deja que los sentimientos fluyan. Si surge culpa, vergüenza o tristeza en ti, también puedes acoger esos sentimientos y dejarlos fluir a través tuyo. Cuando haya bajado la intensidad de tu respuesta emocional (recuerda que siempre puedes pedir apoyo empático para acompañarte), vuelve a concentrarte en tu intención de compasión y de cuidado hasta que notes que tu corazón se suaviza.

  • Responde a una llamada a la acción. Actuar es un antídoto eficaz contra la desesperación y la desesperanza. Identifica lo que estás haciendo o harás para contribuir a la justicia racial. Actuar para proteger o dar dignidad a las vidas en juego te brinda la oportunidad de unirte a otras personas en un cambio que crea sinergia. En casa, tomar acciones para contribuir a las necesidades de autonomía o empoderamiento de las personas más jóvenes podría traerte regalos inesperados: ¡conexión, confianza, coherencia o hasta más autonomía para ti!

Tanto si sientes enojo como si escuchas el enojo de otra persona, o ambas cosas, estas prácticas pueden ayudarte a enraizarte en la compasión. Al realizar estas intervenciones, es esencial tener en cuenta que el propósito de las mismas no es suprimir o disolver el enojo. El enojo es una emoción humana válida y no es necesario reprimirla. Tiene vida propia y surgirá y desaparecerá en cada momento si se la recibe con respeto y compasión. El propósito de las intervenciones mencionadas anteriormente es permitirte permanecer en conexión contigo y con las demás personas, así como con las necesidades universales subyacentes que pueden impulsar cambios significativos.



PRÁCTICA

Tómate ahora un momento para identificar cuál de estas cuatro intervenciones nombradas te gustaría practicar esta semana ante cualquier enojo que surja, en ti o en otra persona. Toma notas luego de tu experiencia y registra cualquier elemento que pueda apoyarte en tu aprendizaje y crecimiento personal con respecto a este punto.

Leer más