Cómo resolver los desajustes en la sintonización

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Un desajuste en la sintonización es uno de los desencadenantes más comunes de las discusiones en las relaciones personales. Una discusión de este tipo suele sonar así:

Persona A: «¡¿Por qué no hiciste nada?! ¡¿No te diste cuenta de que estaba incómodo?!».

Persona B: «Pensé que estabas bien. No vi ningún problema. ¡¿Por qué no me pediste ayuda?!»

Persona A: «¡No debería tener que pedírtela! Cualquier persona habría visto que necesitaba ayuda. Si tú hubieras estado en mi lugar, yo me hubiera dado cuenta inmediatamente de lo que te pasaba. Siento que no te importo».

Si has crecido atendiendo las necesidades de otras personas o desempeñas a menudo el rol de cuidador en relaciones de ayuda, es probable que tengas una capacidad de sintonización muy afinada. Esto significa que rastreas fácilmente los sentimientos y necesidades universales de las demás personas desde tu propia intención de ofrecer cuidado. Entonces, cuando tu pareja o una persona con la que vives una amistad profunda no tienen el mismo nivel de sintonización que tú, puede producirse una interpretación trágica. 

Es probable que interpretes su falta de sintonía como una falta de amor y de cuidado. Habitualmente esta interpretación tiende a desencadenar toda una serie de acusaciones sobre la otra persona, como que es egocéntrica, perezosa, que te ignora, que intenta vengarse de ti por algo, que se pone en una posición dominante, etc. Este proceso de pensamiento te deja con dolor, enfado y deseo de cariño y atención.

Si este patrón de falta de sintonía e interpretaciones de la otra persona como indiferente o desinteresada se ha prolongado durante mucho tiempo, puede que te resulte muy difícil considerar que no se trata de una cuestión de falta de amor y cuidado hacia ti. Puede que necesites prestar mucha atención a los recuerdos de cómo esa persona te ha cuidado a lo largo del tiempo. Puede que tengas que pedir y recibir muchas veces palabras de confirmación de que te quiere y le importas. Aquí es importante recordar la diferencia entre necesidades universales y estrategias. Puede que el hecho de que alguien pueda imaginar qué es lo que te gustaría que pase sin que tú se lo pidas sea tu estrategia preferida para satisfacer necesidades de cuidado, de recibir apoyo o consideración; y al mismo tiempo es posible que para la otra persona esas necesidades se atiendan mejor con regalos, palabras de cariño o compartir actividades. Reconocer que hay muchas maneras de satisfacer necesidades puede ayudarte a soltar tus estrategias preferidas así como tus interpretaciones trágicas de lo que hace la otra persona y de esta manera tener más apertura y creatividad para atender las necesidades de maneras nuevas y adecuadas para ambas personas. Cuando hayas llegado a un punto en el que tengas confianza en que la otra persona te quiere de verdad y alcances la disposición a explorar diferentes estrategias, es allí donde puedes empezar a abordar el tema de la sintonía.

Este proceso comienza con el desprenderse de los pensamientos sobre lo que la otra persona «debería» ser capaz de notar, y el enraizarte en lo que realmente puede ofrecer. Desde este lugar de reconocimiento de lo que es factible, la siguiente pregunta es si a la otra persona le gustaría o no aprender a sintonizar contigo y satisfacer tu necesidad de consideración de esa manera. Si la respuesta es afirmativa, el proceso puede ser sencillo, aunque no necesariamente fácil.

Ayudar a alguien a aprender a sintonizar contigo no consiste en enseñarle técnicas de sintonización. Se trata de comunicar aquello que supones que es tan evidente que la otra persona ya lo ha notado. Hacer suposiciones suele ser habitual e inconsciente. Esto es lo que hace que la práctica sea tan desafiante. Requiere que seas más consciente de lo que cubriría tu necesidad de consideración y cuidado en un momento dado y que hagas un pedido explícito.

Para dar un ejemplo, el otro día después de una visita oftalmológica, (yo, Vi) obtuve mucha claridad sobre el estado de reactividad en el que tiendo a entrar cuando voy al médico, el cual limita mi capacidad de elección. Mi pareja estaba presente cuando el médico me dio unas instrucciones con las que yo no estaba de acuerdo y frente a las cuales me quedé en silencio, y conversando luego con él me dijo: “pensé que como no decías nada, estabas de acuerdo.” A pesar de conocer mis temores respecto al tipo de tratamiento que recomendaba el médico, interpretó mi silencio como un acuerdo y no como una falta de recursos, que es como yo lo estaba viviendo. Entonces le hice el siguiente pedido: “La próxima vez que me acompañes, en el momento en que el médico esté dando indicaciones, ¿podrías por favor preguntarme en voz alta si lo que escucho está bien para mí o si tengo algún comentario? Me ayudaría a volver a la presencia y a la elección consciente.”

Para la otra persona, se trata de crear un nuevo hábito de sintonizar más a menudo contigo. Pedirle que te pregunte con frecuencia cómo estás y qué necesitas es el primer paso para cultivar más habilidades de sintonización. El momento y la frecuencia con la que la otra persona se comunica contigo de ese modo puede establecerse conjuntamente. Si comparten las actividades de todo el día, tres veces puede ser un mínimo útil.

A medida que ambas personas practiquen consistentemente, ambas aprenderán sobre ti y tendrán cada vez más claro qué satisface tus necesidades de atención y consideración. De esta manera podrás tú también ir afinando tus pedidos y dándole cada vez más claridad a la otra persona sobre cómo te puede apoyar. A medida que la otra persona ponga energía en esta dirección y reciba tus pedidos sin ponerse a la defensiva, aprenderá de forma natural habilidades de sintonización y también más sobre cómo quererte. Con la práctica constante, con el paso del tiempo, ambas personas encontrarán más facilidad para comprenderse y cuidarse con menos palabras.


PRÁCTICA

Tómate ahora un momento para reflexionar sobre lo que has expresado u oído decir a otras personas sobre la satisfacción de las necesidades de consideración y cuidado. ¿Puedes notar las interpretaciones de las otras personas frente a situaciones de desajuste en la sintonización? ¿Encuentras situaciones en las que tú interpretaste la falta de sintonía de una persona como una falta de afecto e interés en ti? ¿Encuentras situaciones en las que alguien te haya pedido que ofrezcas más sintonía?

Con lo que encuentres, podrías tomarte un tiempo para reflexionar, tal vez escribiendo los hechos, los pensamientos que tuviste o comentarios que recibiste al respecto, buscando luego identificar las necesidades universales más vivas en la situación e imaginando qué primer paso podría apoyarles hacia una mayor sintonización.