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Eres una persona comprometida con la compasión en el mundo, sabes cuánto daño pueden hacer los juicios inflexibles. También notas que también a ti te surgen juicios continuamente en los pensamientos y las palabras, a pesar de tus buenas intenciones. Recordar de dónde vienen los juicios es algo que puede ayudarte a lograr la paz que disfrutas.

El juicio y la crítica hacia otras personas es una expresión de dolor y de necesidades insatisfechas. Juzgar a les otres también es una estrategia para sobrellevar algo. En un modo de dirigir la atención afuera de tu propia persona. En tanto te concentras en lo que está mal en las demás personas, logras distraerte un poco de tu propia incomodidad o decepción, o de tu propio miedo, o de tus necesidades insatisfechas. 

Juzgar y criticar a las personas puede dar una ilusión de control. Esto quiere decir que si eres capaz de decirle a alguien en qué está mal, no solo piensas que ves más allá que esa persona, también imaginas que tu crítica logrará hacerles cambiar.

Aún sabiendo todo esto acerca del juicio y la crítica, no siempre puedes darte cuenta cuando lohaces. A veces, la crítica es escurridiza. Llega con forma de posturas filosóficas y análisis psicológicos complejos. Esto puede ser difícil de notar, tanto si eres tú quien recibe la crítica o quien la formula.

Por ejemplo, hace poco trabajé con una pareja que estaba por ofrecer un evento. Cuando comenzaron a anunciarlo, une de elles, llamémosle Jon, comenzó por presentar sus ideas así:  “Sé que la gente indicada vendrá. Solo hayq que dejar que se enteren orgánicamente. Estamos ofreciendo algo importante; tal vez las personas lo vean o tal vez, no. Y no lo hacemos para enriquecernos; lo ofrecemos sin condiciones.” La pareja de Jon había trabajado mucho en la promoción de la propuesta y escuchaba crítica en las palabras de Jon.

Cuando nos pusimos a ver más allá de las ideas de Jon, encontramos que sentía nervios por la necesidad de autenticidad al ofrecer algo desde el corazón y recibir dinero a cambio. Una vez identificado esto, Jon fue capaz de expresarlo y hacer pedidos para que ambes, con su pareja, tuviesen un diálogo sobre cómo mantener la autenticidad con lo que ofrecían a la vez que pudieran sostenerse económicamente.

Trabajé con otra pareja donde había una mujer que criticaba a su compañera mediante el análisis:  “Pienso que, en nuestra relación, tienes un bajo autoconcepto de ti misme. A nivel profesional, pareces tener un concepto adecuado, pero entre nosotres no es así”.

Lo que subyace a su análisis, si ella pudiera ofrecerlo, sería algo así:”Cuando escucho que me preguntas si voy a dejarte, me siento triste y abatida, porque anhelo confianza y reconocimiento. ¿Estás dispueste a decirme tres cosas que me ves hacer que te muestran que estoy comprometida con esta relación?”.

Puede que ustedes estén pensando, “¿Pero qué pasa si ella tiene razón? ¿Qué pasa si realmente su compañere tiene un autoconcepto bajo en relación con ella?”. Hay algunas cosas que podemos considerar frente a estas preguntas. Primero, si la intención de ella es conectar con su pareja para que ambes puedan crecer de modos que construyan una relación más disfrutable, entonces ofrecer un análisis - incluso si es correcto - no la apoya en su intención. La mayoría de las personas no vive el análisis y la crítica como una inspiración para el cambio.

Segundo, el trabajo interno de las otras personas es territorio sagrado. Cuando entras en ese territorio sin permiso estás transgrediendo límites psicológicos importantes. Esta clase de transgresión no satisface las necesidades de horar a la persona, ni brindar confianza ni seguridad emocional; el resultado será el temor y el resentimiento.

A medida que avanzas en cultivar tu propia práctica de la compasión, lo primero que debes tener en cuenta es enfocar la compasión internamente. En el mismo momento en que observes un juicio y una crítica, vuelve a ti con compasión. Esto puede parecer como respirar amor a través de tu corazón mientras tu cuerpo se relaja. Puede tomar la forma de una imagen de agua tibia que cae sobre ti y te limpia los juicios. O pueden ser unas palabras reconfortantes y empáticas como: ”Bueno, estoy juzgando, está bien, es sólo un hábito de mi mente. Debe haber algo que estoy sintiendo y que subyace. Voy a darme un momento para conectar con mis sentimientos y necesidades”.


Práctica

Esta semana, establece tu intención de notar cuando estés dirigiendo pensamientos o palabras como críticas hacia las personas. Toma un momento para reflexionar sobre lo que haya en tu corazón en ese momento: ¿Cuáles son los sentimientos que hay?,  ¿Hay algún valor que quieras proteger?,  ¿Qué es lo que anhelas?

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