Cómo vivir tu autenticidad en las relaciones íntimas

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¿Te has encontrado alguna vez diciendo «sí» a tu pareja, ya sea para invitar a su familia, ir a una actividad o incluso para tener intimidad sexual, y luego resentirte y querer culparle aunque sabes que dijiste «sí»?
Descubrirte luchando entre decir que sí a los pedidos de tu pareja y ser fiel a tu autenticidad, es una señal de aviso de que tu relación podría tener patrones reactivos de enredo emocional en lugar de un próspero sentido de interdependencia y respeto mutuos.

Si quieres establecer límites con tu pareja o simplemente crear una experiencia de mutualidad o reciprocidad en tu relación, es útil tener claro lo que significa ser fiel a la propia persona. Hay numerosas formas de confundirse sobre lo que es “correcto” y lo que es correcto para ti. Puedes enloquecerte con un sinsentido de normas, comparaciones e ideas sobre cómo “deberían” o no “deberían” ser las cosas.

Una vez más, las creencias culturales y las normas sociales pueden estar tan arraigadas en ti que es posible que no te des cuenta de cómo invalidas lo que es realmente verdadero para ti en un momento dado. Cuando se trata de discernir lo que significa ser fiel a tu autenticidad, pensar mucho en ello no necesariamente es útil. Tu cuerpo, en cambio, dice la verdad.

Aprender a escuchar a tu cuerpo es uno de los mejores regalos que puedes hacerte. Puedes crear un mayor acceso a esta fuente de verdad haciendo experimentos intencionados. Tómate unos minutos para sentarte y ser consciente de las sensaciones corporales.

A continuación, piensa en hacer algo que ya sabes que no funciona para ti y observa cómo responde tu cuerpo. Probablemente notarás una o más de estas respuestas: presión en el abdomen, el pecho o la garganta, el comienzo de un dolor de cabeza, una sensación de náusea o dolor de estómago, una sensación general de contracción o desequilibrio, o una sensación de sentirte lejos de tu centro.

Vuelve a hacer el mismo experimento, sólo que esta vez imagina que haces algo que ya sabes que es adecuado para ti. Es probable que notes una o varias de estas respuestas: una relajación en el estómago, el pecho o la garganta, una sensación de claridad o solidez, una sensación de alineación desde el centro hacia arriba hasta la coronilla y hacia abajo hasta la zona del perineo, o simplemente una sensación de expansión.

Observar tu cuerpo y la sensación de expansión y contracción no es lo mismo que identificar emociones. Cuando estás en conexión con tu autenticidad, todas estas respuestas enumeradas anteriormente pueden ocurrir al mismo tiempo que el miedo y la ansiedad o cualquier otra emoción que pueda surgir cuando te enfrentas a un desafío. Las emociones a menudo surgen de una percepción errónea de amenaza; esto puede surgir fácilmente si no tienes la costumbre de decir «no», por ejemplo, o si has tenido experiencias negativas en el pasado al decir «no». Las partes más pequeñas de ti pueden reaccionar a esto, mientras que un «tú» más grande tiene la sensación de solidez para hacer lo que es verdadero para ti a pesar de tu propia reactividad.

Cuando tu pareja te haga una petición, pídele un momento para chequear tu experiencia interna o repite lo que has oído. Si sientes que tu cuerpo se tensa, hazle saber que no estás experimentando un «sí». Repite lo que entiendes que te ha pedido, no sólo para verificar tu entendimiento, sino también para que tu cuerpo pueda registrarlo de otra manera. Si se trata de una petición real y no de una exigencia, tu pareja esperará tu respuesta.

A medida que sigas concentrándote en tus sensaciones corporales, es más probable que la percepción de lo que no funciona para ti llegue de forma espontánea. Si le das tiempo a tu cuerpo para que comparta su sabiduría, lo hará. Cuando le dediques tiempo, algo surgirá por sí solo en forma de sensaciones, imágenes, impulsos, palabras, recuerdos o un cambio de energía. A medida que surja cada nueva experiencia, quédate con ella, sin pensar ni analizar, sólo manteniendo tu atención ahí y notando la siguiente experiencia.

Es importante tener en cuenta que si has estado diciendo que sí a los pedidos durante mucho tiempo sin comprobar contigo si la elección es o no la más adecuada para ti, o si has estado diciendo «sí» incluso experimentando que preferirías decir que no, en el momento en que empieces a decir que no en voz alta esa experiencia nueva puede estimular confusión y experimentarse como algo desestabilizador tanto para ti como para tu pareja, lo que a su vez puede desencadenar reactividad en sus interacciones. En el caso de tu pareja, esto no indica necesariamente que te esté exigiendo algo, sino que revela que te encuentras en medio de un cambio desafiante para la dinámica de la relación. Puede ser fácil malinterpretar una petición si tienes una relación inestable con tu propia autenticidad. Mientras te centras en ser fiel a tu autenticidad, es esencial reconocer el signo de un verdadero pedido: que la persona que lo hace reconozca y respete tu libertad de elección.

Esto significa que, en el mejor de los casos, tu pareja sólo te pide el regalo de lo que le ofreces libremente. Es decir, si dices que no a uno de sus pedidos, está dispuesta a aceptar tu respuesta, a sentir curiosidad por las necesidades que hay detrás de tu «no», a buscar otras formas de satisfacer su necesidad o a entablar una negociación que considere las necesidades de ambas partes. En general, cuando alguien hace una petición de verdad, puede expresar empatía o curiosidad por tu experiencia, independientemente de que digas «sí» o «no» a su pedido.

La conciencia de los pedidos y la autenticidad pueden descarrilarse por creencias sobre lo que las personas “deberían” o no “deberían” hacer como pareja en una relación íntima; estas creencias suelen estar fomentadas por la sociedad (como la creencia generalizada de que el papel de nuestra pareja es «hacernos felices»). Las expectativas rígidas sobre lo que cada persona “debe” hacer en una relación íntima suelen manifestarse en forma de exigencias y críticas. Una persona atrapada en una expectativa rígida puede no ser capaz de hacer una verdadera petición. Más bien, puede intentar hacerte responsable de sus necesidades criticándote, diciéndote lo que “deberías” haber dicho o hecho, o estallando en enojo cuando no recibe lo que está queriendo. Además, puede que no tenga disposición a buscar otras formas de satisfacer sus necesidades o que se niegue a negociar para que las cosas funcionen igual de bien para todas las partes involucradas.

Si reconoces estos comportamientos en tu relación, puede que necesiten apoyo para transformar las expectativas y aprender nuevas habilidades para identificar las necesidades y negociar acuerdos específicos y factibles. Se necesita práctica para transmitir que un «no» a un pedido determinado no significa que no te importe la otra persona o sus necesidades.

En resumen, no existe una línea divisoria entre vivir tu autenticidad y amar a tu pareja. Sólo existe vivir tu autenticidad. Cuando das a tu pareja por miedo a hacer algo que la aleje, por obligación, para ganar amor y aprobación, o por miedo al enojo, plantas las semillas de una relación tóxica.

Cuando estás viviendo tu propia autenticidad, el discernimiento sabio sobre los límites saludables y la generosidad de corazón fluyen de forma natural. Al vivir así, animas a tu pareja a honrar y respetar tu autenticidad y la suya propia, a la vez que fomentas una comunicación más clara entre ustedes. Para todo esto es esencial que practiques la atención plena y que te rodees de una red de personas empáticas que acojan y celebren activamente tu autenticidad.


PRÁCTICA

Tómate un momento para observar tu experiencia durante una inhalación y exhalación completas. Al final del ciclo respiratorio, centra tu atención en tu cuerpo. Observa si hay una sensación básica de contracción o de expansión. Para seguir cultivando la sabiduría corporal, realiza esta sencilla práctica tantas veces al día como puedas.

Si quieres practicar más, una vez que hayas llevado a cabo el experimento anterior de sentir en tu cuerpo lo que sabes que te conviene y lo que no, puedes empezar a experimentar con temas sobre los que tengas dudas. Después de haberte centrado y aquietado la mente con unas cuantas respiraciones profundas, haz presente el tema con el que quieres experimentar y siente en tu cuerpo si hay una sensación general de expansión o contracción, indicando si es adecuado para ti o no.

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