Intervenciones de emergencia frente a una escalada en la discusión
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Una vez que comienza el torbellino de una discusión, es difícil encontrar el camino de vuelta a la conexión. Puede que sientas enojo y miedo y quieras proteger tus necesidades de comprensión, respeto y escucha. La energía del hábito puede ser como un camión desbocado cuesta abajo. Los frenos no responden y te encuentras defendiéndote, cerrándote, atacando o culpando.
Hay algunas intervenciones de emergencia que pueden ayudarte a frenar la escalada y volver a la conexión. Echa un vistazo a la siguiente lista de posibilidades e identifica cuáles serían las más accesibles para ti en una interacción desafiante.
Haz preguntas que te ayuden a identificar necesidades universales (en voz alta o en silencio para tu interior):
«¿Qué es lo más importante para ti (o para mí) en este momento?».
«Aquí hay algo que realmente nos importa. ¿Qué es?»
«¿Qué tengo (o tienes) miedo de perder?».
«¿Cuál es la parte que realmente quieres que entienda?»
«¿Qué es lo que estoy buscando?»
Crea espacio
«Dame un minuto para procesar lo que has dicho».
«Espera, déjame ir al baño y vuelvo con más calma».
«Te escuché decir… (refleja lo que acaba de decir la otra persona)». ¿Es así?
«Voy a tomarme un tiempo de pausa de 20 minutos para centrarme y vuelvo».
Nombra tus sentimientos o sensaciones corporales
«Me siento en reactividad».
«Siento desconexión».
«Estoy sintiendo algo de frustración».
«Siento nervios en este momento».
«Noto que me estoy poniendo a la defensiva».
«Tengo pánico.»
«Mi corazón está acelerado.»
«Estoy sintiendo confusión.»
«Siento inquietud en mi cuerpo.»
Nombra lo que observas en ti
«Me doy cuenta de que acabo de culparte».
«Me estoy defendiendo».
«Estoy pensando que me estás juzgando».
«Me estoy repitiendo».
«Noto que mi voz es cada vez más fuerte».
«Estoy hablando más rápido de lo usual».
«Noto que me estoy alejando físicamente de ti».
Utiliza patrones de interrupción
«¿Qué tal un vaso de agua?»
Nombra algo por lo que sientes gratitud.
Lleva la conversación a otra habitación o propone dar un paseo con la otra persona.
Planifica (fuera de un momento de discusión) con la otra persona una señal o palabra clave, como cerrar los ojos o ponerse la mano en el corazón, para indicar que necesitas hacer una pausa.
La clave de cualquier intervención es aplicarla cuando se advierte el más mínimo indicio de reactividad. No es necesario identificar quién entró en reactividad primero, basta con intervenir inmediatamente.
A medida que adquieras el hábito de interrumpir la reactividad a tiempo, tendrás cada vez más claro el costo de dejar que aumente y los beneficios de interrumpirla a tiempo.
PRÁCTICA
Esta semana, elige un grupo de intervenciones más arriba y aplícalas cuando en alguna interacción cercana notas la entrada en reactividad. Toma nota de los efectos en ti y en la relación y observa con cuál te sientes más a gusto. Luego de una semana, vuelve a probar de la misma manera con otro grupo de intervenciones.
Puedes también observarte cuando logras volver de la desconexión a la conexión contigo o con las demás personas y anotar lo que has hecho para conseguir ese cambio. De esa manera vas creando tu propia lista de intervenciones para aplicar en futuros momentos de reactividad.