Diferenciación segura

En todas las relaciones personales o íntimas, románticas o de otro tipo, nos encontramos navegando las aguas de la dinámica de la diferenciación segura. Lo más probable es que uno de los lados de la ecuación se lleve más atención que el otro. Por ejemplo, puede que nos enfoquemos más en dar seguridad mediante la cercanía física, en reafirmar nuestros sentimientos o en compartir tiempo juntes con regularidad. O tal vez nos enfoquemos más en diferenciarnos por priorizar el tiempo propio de hacer cosas personales, aclarar los límites continuamente o expresar con claridad nuestras propias necesidades y pedidos.

Sin importar dónde vaya más la atención, la seguridad emocional y la diferenciación saludable son dos caras de una moneda que podríamos llamar diferenciación segura. Para que esta diferenciación se mantenga presente en nuestras relaciones, es necesario que mantengamos la atención continuamente en ambos lados. Ya hemos hablado de la seguridad emocional en una Joya de Conexión anterior. En esta joya, nos dedicaremos a la diferenciación.

En el nivel más básico, diferenciar significa decidir con qué nos identificamos, a qué llamamos “yo”. En términos de desarrollo, cuando somos bebés, estamos en este proceso cuando captan conceptos como mi mano, mi pie, etc. En la adolescencia a menudo nos diferenciamos cuando tomamos distancia de nuestros padres y se probamos identidades sociales como “hippie”,  “deportista”, etc. En la edad adulta por lo general nos diferenciamos y creamos nuestra identidad en relación con la subsistencia. 

Desde el marco de procesos dinámicos del Diálogo Consciente y Compasivo, la identidad es fluida y se rige por lo que está al servicio de la vida con mayor profundidad. Por ejemplo, una frase sobre nuestra identidad podría ser: “Soy un flujo por siempre cambiante del dinamismo de lo que está vivo en mi, dirigido por la intención”. Las frases sobre la identidad que incluyen verbos de acción se alinean con esta orientación dinámica. Por ejemplo: “me dedico a la compasión” en vez de “soy una persona compasiva”.

Desde una orientación de procesos dinámicos, la diferenciación es un proceso activo y continuo de conectar con nuestra propia experiencia y honrarla, actuar en integridad con nuestros valores, e involucrarnos en colaborar con otras personas para satisfacer necesidades. Cuando estamos diferenciades, somos capaces de identificar nuestras necesidades y preferencias en cualquier situación, y de ser necesario, defenderlas. Podemos clarificar y explicitar límites con regularidad. Somos capaces de gestionar la reactividad y la incomodidad que surgen tanto por arriesgarnos a aumentar la cercanía o intimidad, o de posibles separaciones y conflictos.

La diferenciación podría describirse como ser realmente quien tú eres en presencia de quienes son realmente otras personas. Si eres el tipo de persona que se considera más conectada consigo misma y eres más feliz cuando no estás en una relación íntima o de pareja, posiblemente se haya desarrollado tu individualidad pero tengas dificultades con la diferenciación.

Aquí hay algunas destrezas y comportamientos centrales que podemos cultivar y practicar, que nos indican diferenciación y que la apoyan:

1. Centrarnos y tener claridad sobre nuestra identidad; sentir confianza en nuestra bondad y amorosidad innatas.

2. Disponer de autoconocimiento, autoempatía, autorregulación o autoalivio que permanecen accesibles y continuos a lo largo del día.

3. Practicar la autorresponsabilidad: nuestra capacidad de compartir necesidades insatisfechas sin culpa, crítica o exigencia.

4. Ejercer la habilidad de atender a las diferencias con respeto, curiosidad, empatía o celebración.

5. Practicar la capacidad de escuchar con empatía en interacciones que percibimos como difíciles o desafiantes.

6. Tener la habilidad de poner fin a las relaciones en las que no hay colaboración y respeto mutuo, o de hacer cambios en ellas. 

7. Participar regularmente en actividades y comportamientos que apoyan nuestro desarrollo personal.

8. Tener múltiples estrategias en las que confiamos para atender cualquier necesidad, sin esperar atender una necesidad con una persona o estrategia exclusivamente.

9. Disponer de un sentido constante de significado y propósito.

10. Disponer de un sentido constante y de autonomía y agenciamiento, y confiar en él. 

11. Tener la habilidad de expresarnos con autenticidad al mismo tiempo que consideramos las necesidades de las otras personas y la posiblidad de que surja el conflicto.

12. Practicar la consciencia plena: observar nuestra experiencia con compasión, tener la capacidad de identificar nuestra intención, nuestros sentimientos, nuestras necesidades y nuestros pedidos en determinado momento.

A medida que cultivamos un sentido sólido de diferenciación en nosotres, puede ser útil observar los momentos en que percibimos que nuestra identidad o autonomía se ven amenazadas. Los indicadores más obvios y comunes de una sensación de amenaza son defenderse, juzgar a otras personas, actuar sin consideración por las necesidades de alguien e intentar armonizar a costa de nuestra propia autenticidad.

Como con cualquier cosa que queramos aprender y cultivar, podemos proceder al menos de dos maneras:

1) Observar cuando el lado opuesto está presente y realizar una práctica simple en ese mismo momento. Por ejemplo, cuando notamos un síntoma de amenaza, anclarnos con un mantra que afirme nuestra identidad.

2) Programar una práctica constante de sanación en cualquiera de sus formas. Por ejemplo, apartar tiempo una vez a la semana para una práctica de autoempatía
Aunque la diferenciación segura es una experiencia de muchas capas, al igual que su práctica, el solo establecer nuestra intención de notarla en nuestras relaciones primarias ya es un buen lugar donde comenzar.


Práctica

Toma un momento ahora para revisar la lista mencionada anteriormente de destrezas y comportamientos centrales que indican y apoyan la diferenciación. Identifica cuáles comportamientos ya tienes con algo de regularidad y confianza. Luego, identifica un comportamiento al que te gustaría poner más atención.