Trabajando sobre violaciones sutiles a los límites

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Es probable que puedas hacer una lista con algunas violaciones de límites obvias, tales como contacto físico no consensual, poner apodos, recibir consejos no pedidos, tomar lo que no te es dado, y compartir información confidencial sin permiso. No obstante, otras violaciones más sutiles a los límites pueden ser más difíciles de identificar en el momento. Puedes tensarte, congelarte, confundirte, pero no puedes nombrar lo que está pasando. Volverte más consciente de esos pequeños momentos y hallar las palabras para establecer un límite es crítico para apoyar una relación sana a largo plazo.

Veamos tres categorías de violaciones sutiles a los límites:

  1. Falta de reciprocidad

  2. Tono y volumen de la voz

  3. Hablar de o por alguien

1. Falta de reciprocidad

Ya sea en una relación profesional, familiar o de pares, la reciprocidad es una parte de la relación que se halla al servicio de la vida. Por ejemplo, en una relación profesional, las responsabilidades estén, idealmente, claras y adjudicadas. Hay reciprocidad cuando cada persona mantiene su compromiso con esas responsabilidades. Por ejemplo, idealmente, tu médico llega a la cita preparado y en el horario acordado y tú vas con claridad acerca de lo que necesitas y de cómo vas a pagar por la visita.

Puedes reflexionar sobre la reciprocidad en una amplia variedad de situaciones. La colaboración es muy común. Cuando tú y tu compañer@ están trabajando en conjunto para lograr que algo suceda, una falta de reciprocidad puede significar que una persona le pida a la otra que haga algo diferente o que haga algo mejor al mismo tiempo que no está observando su propio comportamiento o se ofrece a hacer un cambio. En este ejemplo, a una persona se le pide que haga más autorreflexión y ajustes que otra. Cuando no se establece un límite dentro de esta dinámica, puede escalar hasta convertirse en un ciclo de “poder-sobre / poder-debajo”.

Aquí hay algunos ejemplos de pedidos de establecer límites que se pueden aplicar usando estos ejemplos:

-“Yo prefiero que cada quien identifique su propio comportamiento acerca de que está funcionando y que puede cambiar. ¿Estas dispuest@ a hacerlo primer@?”

-“Sentiría que estamos en el mismo equipo si pudieses ofrecerte a hacer algo de otra manera con la misma frecuencia que me pides a mí que haga algo de otra manera. ¿Estás dispuest@ a intentar esto?”

-“Estoy feliz de poder reflexionar sobre lo que podría hacer diferente. ¿Quieres empezar tú con lo que quieres intentar?”

-“Si algo no está funcionando en el momento ¿Podrías ofrecerte a hacer algo diferente o preguntarme que podrías hacer diferente antes de hacer un pedido?”

-“¿Estás dispuest@ a mencionar lo que está yendo bien con la misma frecuencia con que mencionas lo que no está yendo bien?”

-“¿Estás dispuest@ a pedir lo que quieres en lugar de mencionar lo que no quieres?”

Una clave importante al establecer límites al servicio de la vida es lanzarte ante el mínimo sentimiento de incomodidad o irritación. La tendencia a tolerar pequeñas violaciones a los límites o simplemente dejarlo pasar en nombre de la facilidad o la armonía del momento generalmente vuelve más difícil establecer límites más tarde. Las pequeñas violaciones a los límites se suman. Y tu reactividad crece, y pierdes tu centro, lo que vuelve más difícil acceder a la conciencia y habilidad que necesitas para establecer límites al servicio de la vida.

2. Tono de voz y volumen

Si lees una transcripción de una conversación en que el tono y el volumen de la voz no estaban satisfaciendo tus necesidades, las palabras por si mismas se leerán suficientemente placenteras. No obstante, tu sistema nervioso responde fuertemente al tono de voz y al volumen de la persona que lo hace, más que a las palabras en sí mismas. Cuando alguien siente estrés, miedo, o se ve envuelt@ en juicios, los músculos de su garganta se encogen y con frecuencia el volumen de la voz aumenta. Mientras que puedes tener compasión por su experiencia en el momento, permitirles involucrarse contigo de una manera reactiva no es un regalo de compasión. En lugar de eso, les envías el mensaje que esa forma de hablar no te afecta o que no necesitas que traigan amabilidad y consideración a las interacciones contigo.

Aquí hay algunas estrategias posibles para establecer límites para esta situación:

  • “Quiero oírte, pero es difícil con el tono de voz que oigo ahora mismo. Voy a tomar una pausa para ir al baño y volver”

  • “El tono y volumen de tu voz son dolorosos para mí al oírlos. Quiero conectar contigo y oírte. ¿Estás dispuest@ a suavizar tu tono y bajar el volumen de tu voz?”

  • “Ouch, ese tono de voz no ayuda. Voy a dar una caminata. Lo intentaremos de vuelta cuando vuelva”

  • “Cuando puedo escuchar tu voz desde el piso de arriba mi sistema nervioso se encendió y siento estrés. Es esencial para mí funcionamiento diario que nuestro hogar sea un santuario. ¿Estás dispuest@ a buscar la manera de mantener el volumen de tu voz más bajo cuando sientas enojo o frustración?”

  • “Te oigo decir que esto te perturba, y quiero entender que es lo que necesitas. Tu tono de voz es doloroso para mí, y me distrae. ¿Puedes hacer una pausa por tres respiraciones y empezar nuevamente con un tono de voz diferente?”

  • “No me involucro en conversaciones con gritos” (Se aleja)

  • Hablar acerca del tono de voz cuando no está sucediendo. Revelar tus sentimientos y necesidades y establecer una señal simple para dar cuando percibas un tono que te distrae de la conexión. Esta es una estrategia útil cuando hablar desde la irritación es habitual para la otra persona.

  • “Quiero tener conversaciones respetuosas, y esto no está funcionando. Volvamos a intentarlo mañana luego de la cena” (Se aleja)

Una vez más, cuanto más esperes para establecer un límite, más difícil se volverá. Sin límites claros una persona envuelta en reactividad frecuentemente continuará ese comportamiento. Por supuesto, no estás en control de la reactividad de la otra persona. No hay algo que sea correcto que hagas para manipular su comportamiento o controlar su reactividad y ese no es el objetivo de este trabajo. Cuando estableces un límite al servicio de la vida, tienes la oportunidad de observar la respuesta de la otra persona y si están dispuest@s y apt@s para respetar tus límites o no. Puedes regocijarse al ver a alguien elevarse en el momento e involucrarse en formas que estén al servicio de la vida para ustedes dos. También puedes lamentarte al darte cuenta que alguien no respeta tus límites y por lo tanto elegir terminar esa relación. 

3. Hablar por o acerca de alguien

Hablar por o acerca de alguien que está presente puede hacerse con la intención de contribuir, pero más frecuentemente involucra compartir detalles personales sin permiso, tergiversar les, y excluirlos de su propia interacción.

Compartir aun la experiencia más simple de alguien sin preguntarles es una violación de límites. Por ejemplo, si estás entrando en un grupo nuevo con algun@ amigu@, puedes ofrecer una pequeña presentación. Pero compartir más acerca suyo sin un acuerdo previo le quita a esa persona la oportunidad de relacionarse y comunicar aquello que sea más relevante y auténtico para sí. 

Aquí hay algunas estrategias posibles para establecer límites para esta situación:

  • “Oh, gracias por la presentación, sigo yo desde aquí”

  • Con humor, “Ella está hablando de mí, pero estoy justo aquí.” (Sonríe y hace contacto visual) “Déjame terminar, creo que sé que ibas a decir”

  • “Espera, eso es acerca de mí. Yo compartiré cosas acerca de mí. ¿Hay algo que quieras decir acerca de tu experiencia de ese evento?”

  • “Estás hablando por mí. Me gustaría hablar por mi mism@”

  • “¿Puedes preguntarme antes de compartir una historia que describa mi experiencia y comportamiento?”

  • “Quiero ser incluid@. ¿Podrías dejarme responder eso?”

  • Con entusiasmo, “Oh, esa es una buena historia mía, Me gustaría contarla”

  • También puedes hablar acerca de esa violación de límites cuando no está sucediendo. Dejarle saber a la otra persona cuáles necesidades tuyas fueron insatisfechas cuando habló por ti. Si responde sí a cambiar su comportamiento, se consciente que predisposición no equivale a habilidad. Hablar con otr@s puede ser un hábito para esa persona. Por lo tanto es útil ponerse de acuerdo sobre una señal o recordatorio que sea fácil de recibir para la otra persona la próxima vez que hable por ti.

Hablar con alguien más, frecuentemente,  es un indicador de una dinámica relacional enredada. Esto significa, que hay una falta de claridad acerca de cómo relacionarse con diferenciaciones sanas. Trabajar con un@ profesional o buscar consejo de otr@s que parecen acceder a la diferenciación sana puede ayudar con esta clase de comportamientos.

Práctica 

Toma algunos momentos ahora para dejar volar las ideas sobre otras áreas de violaciones sutiles de límites. Identifica cómo has manejado esas situaciones con límites al servicio de la vida o como te gustaría hacerlo en el futuro.


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