Las 12 competencias relacionales

1- VALORACIÓN

La valoración o apreciación es una forma de expresión honesta. Expresar valoración consiste en observar lo que funciona y nombrarlo en voz alta, y también con hacerlo con mayor frecuencia que nombrar lo que no funciona. En realidad, la valoración no equivale a intentar aumentar la autoestima de alguien o alabarle sino que más bien consiste en una forma de retroalimentación positiva ya que se trata de expresar lo que está cubriendo nuestras necesidades en términos claros y específicos. La valoración sienta las bases para promover relaciones colaborativas y vibrantes, llenas de vida. Ofrecer y recibir valoración es un apoyo a la capacidad de enfrentarse a los desafíos con habilidad y ligereza y contribuye a la resiliencia porque crea una sensación de confianza de que reconocemos las buenas intenciones y las contribuciones efectivas de cada persona. Puedes leer más sobre esta aptitud relacional en esta Joya de Conexión.

2- EMPATÍA

Cultivar la empatía en tus relaciones tiene muchos beneficios. Cuando las personas pueden dar y recibir empatía, tienen una sensación profunda de ser escuchadas. El hecho de saber que está siendo escuchada, permite que las actitudes defensivas se relajen y que la conexión sea mucho más posible. La empatía contribuye a una diferenciación saludable, así como a la seguridad emocional. Con la empatía, puedes realmente acompañar y proporcionar apoyo a otra persona sin asumir sus conflictos como propios.

La empatía es una respuesta desde el corazón a la expresión proveniente del corazón de otra persona, más allá de las palabras o acciones que esté realizando en cada momento. La empatía implica brindar tu curiosidad cálida y compasiva a la experiencia de la otra persona sin llevar tu propia agenda de lo que quisieras que pase. Con frecuencia implica hacer suposiciones sobre los sentimientos y las necesidades de otra persona, y verbalizarlas. Por ejemplo, cuando alguien comparte acerca de una dificultad en el trabajo, en lugar de tratar de resolver el problema puedes hacer una suposición empática de este tipo: "¿Te sientes desanimad@ porque necesitas más colaboración?" Así, la empatía crea espacio para estar presente con los sentimientos y las necesidades de la personas y para que se abra la puerta a la compasión y la sabiduría de forma natural.

3- EXPRESIÓN HONESTA

La expresión honesta es una práctica rica y sutil que te empodera para vivir en consonancia con tus valores más profundos. Cuando vivimos desde la expresión honesta con frecuencia nos sentimos vulnerables, porque requiere de nosotros una clara conciencia de nuestras necesidades, que podamos expresarlas de manera directa, el reconocimiento explícito de la interdependencia con otros seres a través de pedidos específicos y realizables, y la apertura a la negociación con las demás personas. La expresión honesta nos ayuda a solicitar la colaboración de las otras personas sin dejar de mantenernos plenamente en conexión con nuestra autonomía y autorresponsabilidad.

La expresión honesta comprende:

  • La plena conciencia de nuestra intención al hablar.

  • La conciencia de la calidad de la conexión que está presente en determinado momento, tanto hacia ti como hacia las demás personas.

  • La toma de responsabilidad frente a la reactividad a través de aprender a reconocerla y nombrarla en voz alta, o de tomarse el tiempo necesario para centrarse antes de seguir dialogando.

  • La expresión de sentimientos y necesidades asumiendo plena responsabilidad, haciendo pedidos concretos y realizables hacia ti o hacia otras personas.  

  • La plena responsabilidad sobre los pensamientos, la forma de hablar y la reactividad mediante el discernimiento entre lo que realmente es observable y las interpretaciones que hacemos sobre eso.

  • El conocimiento de la diferencia entre las necesidades universales y las estrategias para satisfacerlas, en especial aquellas que nombramos como preferidas.

  • El acto de comunicar pedidos específicos y factibles como punto de partida de la negociación para la colaboración.

4- AUTOEMPATÍA

La autoempatía es el proceso de construcción de una relación cálida y compasiva con tu experiencia. Es un ingrediente esencial en las relaciones que prosperan. Para tener una relación consciente y amorosa con otra personas, también necesitas relacionarte de esa manera contigo.

La autoempatía te brinda alivio frente al conflicto interno, la crítica y la duda. Aprendes a recibir cada parte de tu experiencia con compasión y aceptación, lo que te da acceso a un discernimiento sabio y a formas de actuar más eficaces.

La autoempatía es un medio hábil para asumir la responsabilidad de tu experiencia. Cuando puedes clasificar la experiencia en categorías -observaciones, pensamientos, sentimientos, necesidades y pedidos- es más fácil afrontarla con ecuanimidad y compasión. Además, te permite mantenerte fiel a tus valores y expresarte honestamente con las demás personas.

5- RECONOCER LA REACTIVIDAD

Reconocer la reactividad significa liberación. En el momento en que puedes notar y reconocer que está surgiendo la reactividad en ti, podrás empezar a liberarte de su dominio. Además, cuando aprendes a hacer un seguimiento de la reactividad en ti, puedes reconocerla más fácilmente en las otras personas. Esto significa tomar acciones de forma eficaz para evitar que las discusiones se intensifiquen.

La reactividad se define como la percepción errónea de amenaza de una o más necesidades. Puede reconocerse por al menos tres características principales:

1) Un cambio en la fisiología, como el ritmo cardíaco o la respiración.

2) Una sensación de atascamiento o estrechamiento en el propio punto de vista

3) Una pérdida de acceso a la creatividad, las habilidades,la perspectiva amplia,la sabiduría y la compasión.

El reconocimiento de la reactividad implica familiarizarnos con los numerosos signos y síntomas que indican que está emergiendo en ti. Cuando la reconoces plenamente, la reactividad empieza a perder su poder de controlarte, y ése es el primer paso para que puedas elegir las palabras y las acciones que realmente te sirven a ti y a las demás personas.

6- GESTIONAR LA REACTIVIDAD

Cuando aprendes a gestionar la reactividad con eficacia, se abre todo un mundo de posibilidades para ti y para tus relaciones. Descubres que es seguro ser tú al relacionarte. La reactividad puede ir y venir sin causar grandes rupturas en la conexión. Lo ves como algo normal y confías en que no se apoderará de ti. Cuando dejas de sentir que la reactividad te lleva a moverte con extremo cuidado, como si pisaras sobre hielo delgado, tus relaciones empiezan a tener más espacio para crecer y evolucionar de maneras nuevas .

Una vez que ya puedes reconocer la reactividad, la recibes como la señal de que necesitas poner en marcha tus habilidades para gestionarla. La gestión de la reactividad comprende habilidades como la autorregulación, la capacidad de interrumpir la escalada de tensión al intercambiar con otras personas, el brindarse autoempatía, nombrar lo que está sucediendo, reconocer el impacto que han tenido nuestras acciones, trabajar con las necesidades delicadas y participar en el trabajo de sanación.

7- NEGOCIACIÓN BASADA EN LAS NECESIDADES

El aprendizaje de la negociación basada en las necesidades te dará una sensación de liviandad y creatividad cuando te enfrentes a los conflictos más difíciles en tu vida. Podrás entablar diálogos desafiantes con la confianza de que todas las necesidades pueden honrarse y cuidarse.

Hay tres distinciones clave que diferencian la negociación basada en las necesidades de otras formas de negociación.

  • En primer lugar, en la negociación basada en las necesidades, la calidad de la conexión es la máxima prioridad. Confiamos en que cuando existe una determinada calidad de conexión, la colaboración y la creatividad se vuelven accesibles.

  • En segundo lugar, cuando son las necesidades o los valores que están vivos en ti los que dan forma al proceso, encontramos estrategias, soluciones y acuerdos realmente eficaces.

  • Por último, la negociación basada en las necesidades es inclusiva. Se basa en la confianza de que cada persona puede ser igualmente honrada y respetada.

Lee más sobre esta competencia relacional aquí.

8- LÍMITES AL SERVICIO DE LA VIDA

Tener en claro cuáles son los límites al servicio de la vida en las relaciones permite una mayor sensación de seguridad y libertad. Cuando conoces los límites para ti y para las demás personas, sabes dónde puedes jugar libremente y crecer en compañía.

Los límites al servicio de la vida consisten en honrar la vida que hay en ti y en las otras personas, en lugar de cortar la conexión. Establecer este tipo de límites significa tener en claro lo que realmente está al servicio de la vida o satisface necesidades, y tomar una decisión consciente sobre el modo en que te relacionarás con alguien o cómo te comportarás en una situación concreta, al mismo tiempo que logras permanecer en conexión con tu corazón.

Para establecer límites que sirvan a la vida, tienes que ser capaz de reconocer y honrar tus propias necesidades, hablar claramente de ellas, entender el lenguaje verbal y conductual que involucra poner límites, honrar las necesidades de los demás sin responsabilizarte por ellas y participar en un trabajo de sanación con respecto a tus experiencias de atravesamiento de límites en el pasado.

Cuando aprendes a establecer límites al servicio de la vida, adquieres una competencia que te ayuda a encarnar una vida auténtica y a vivir respetuosamente con otras personas.

Puedes encontrar cantidad de artículos sobre los límites al servicio de la vida entre estos archivos

9- FLORECIMIENTO Y RESILIENCIA

Mantener la prosperidad y la resiliencia en la vida significa que puedes afrontar sus retos sin dejarte arrastrar por una montaña rusa de reactividad.

Prosperar significa comprometerse sistemáticamente con aquello que realmente apoya tu vida, atendiendo a tus necesidades día a día. Cuando prosperas, no solo disfrutas de tu vida, sino que eres un regalo para las demás personas.

Cultivar la prosperidad y la resiliencia significa conocer la diferencia entre lo que realmente ocurre y tus interpretaciones al respecto. Significa aprender a mantener la ecuanimidad a lo largo de los altibajos de la vida. Es la capacidad de procesar experiencias intensas con confianza. Comprende un autocuidado eficaz, practicar la gratitud, la búsqueda de sentido, construir comunidad y mucho más.

10- REPARACIÓN DE VÍNCULOS

Cuando aprendes las habilidades de la reparación de vínculos, puedes permanecer ecuánime en los momentos de desconexión. Confías en que puedes encontrar el camino de vuelta a la conexión cuando aparecen el dolor y la ira. La reparación de las relaciones crea la confianza de que en ellas se pueden superar los momentos más difíciles.

Reparar un vínculo significa volver a estar juntes después de una experiencia de desconexión y necesidades insatisfechas. Requiere de la intención de reconectar y asumir la responsabilidad de los comportamientos, nombrando lo que no funcionó, ofreciendo empatía y haciendo un plan para hacer algo diferente la próxima vez.

La reparación de vínculos es más eficaz cuando te ocupas de tu propia reactividad antes de comenzar con el diálogo. El diálogo de reparación es un lugar propicio para la culpa, la vergüenza y la actitud defensiva. Si trabajas con la reactividad de manera específica antes de iniciar la reparación, puedes mantener el enfoque en la conexión, la empatía y la honestidad. La reparación puede entonces convertirse en una oportunidad para construir confianza y aprender a avanzar de maneras nuevas.

11- SEGURIDAD EMOCIONAL

Cuando tus relaciones se enraizan en la seguridad emocional cambian radicalmente. En lugar de ser fuentes potenciales de dolor, amenaza o confusión, se convierten en fuentes de cariño, alegría y apoyo.

La seguridad emocional es una confianza relacional por la cual experimentas una sensación de confianza en que las demás personas pueden recibirte como eres y tratarte con cuidado y que todos los aspectos de tu experiencia son bienvenidos y pueden ser aceptados y contemplarse con cuidado y comodidad. La seguridad emocional se confunde a menudo con el enredo emocional o también llamado indiferenciación, que es un impulso de cercanía o de fusión impulsado por la inseguridad.

Cuando comprendemos qué es exactamente lo que contribuye a la seguridad emocional para nosotres y para las otras personas, podemos construir este importante recurso. Aunque hay algunos comportamientos universales que pueden contribuir a la seguridad, como mirarnos a los ojos, recibir atención y reconforto, y mantener regularmente la actitud de sintonizar, es esencial saber qué es lo que cada persona recibe con más facilidad. Cuando lo sepas, podrás reforzar a conciencia la sensación de seguridad emocional tanto en tu interior como en una relación.

12- DIFERENCIACIÓN SALUDABLE

Cuando tienes un sentido fuerte de diferenciación saludable, puedes acceder a una percepción renovada de autonomía e intimidad en tus relaciones. Cuando no tienes miedo de perderte en la otra persona o de ser controlado por ella, te permites sentirte profundamente conectad@ y afectad@, a la vez que te mantienes fuerte en tu propio sentido del yo.

Cuando ejercemos la diferenciación saludable, nuestras relaciones dejan de plantearse desde la obligación de lo que “debemos hacer o ser”y se transforman en algo que te apoya en nuevas aventuras de descubrimiento y aprendizaje en el mundo.

Hay varias  maneras de cultivar un sentido de diferenciación saludable. Una forma importante es tener claridad en torno  a los valores que guían tu vida. Cuando consigues centrarte en tus valores, puedes tomar decisiones eficaces para ti y colaborar eficazmente con las demás personas. La diferenciación saludable también implica aprender a tolerar la falta de armonía, aceptar las diferencias, tranquilizarnos a nosotres mismes, ofrecer compasión y poner límites.

Traducción y revisión realizadas por el Equipo de Traducciones de WiseHeart y diálogo Consciente y Compasivo