Cómo crear una base interna segura
La seguridad emocional es la vía directa para relacionarnos con plenitud y tener un sentido de liviandad y de goce en la vida cotidiana. La seguridad emocional, perteneciente al campo del apego psicológico, consiste en disponer de la confianza relacional de saber que nuestros sentimientos y necesidades son tan importantes como los de las demás personas, y de confiar en ello plenamente. De este modo, cuando aparece una sensación de amenaza, la seguridad emocional nos permite expresar nuestras necesidades sin rodeos y acudir a quienes verdaderamente pueden proporcionarnos una sensación de cuidado y alivio (calidez, empatía, sintonía, receptividad y regulación del afecto).
Las investigaciones sobre el apego indican que nuestra experiencia emocional del apego va moldeándose desde niñes junto a nuestres cuidadores principales. A partir de ese molde, cada une de nosotres desarrolla un modelo interno o un conjunto de expectativas en cuanto a cómo acceder al cuidado y alivio en una relación. Si ese modelo interior inicial no incluía seguridad, es posible que el que tenemos hoy siga moldeando las relaciones de modo que aquella dinámica inicial del apego se reactive en las relaciones adultas.
Si este es tu caso, posiblemente ya sepas que tus relaciones no tienden a ir como desearías que fueran. O sientes ansiedad y quieres más aseguramientos de los que la otra persona puede proporcionar, o te sientes desconectade y en una actitud defensiva, pensando que les otres te invaden y tratan de controlarte.
Las dos formas más frecuentes de reactividad desde las investigaciones sobre el apego son: ponerse ansiose y ponerse esquive. Al igual que cualquier otro patrón de reactividad, aparecen con más o menos frecuencia según el nivel de seguridad al que tengamos posibilidad de acceder en el momento en que se activa el sistema de apego. Y desde luego, no todas las interacciones o situaciones activan el sistema de apego, por lo cual a veces estos patrones permanecen latentes. En un sentido general, con cualquier tipo de reactividad vinculada al apego, hay un sentido de inseguridad y separación, y existe la creencia de que no podemos acceder con confianza al amor y la aceptación ni confiar en ellos. Buscamos distintas maneras de defendernos de esta experiencia interna de dolor y así es, en parte, como llegamos a distintos tipos de patrones de apego reactivos.
Así como en cualquier otro sistema de clasificación por “tipos”, el propósito es identificar tus propios hábitos de percepción, pensamiento, creencia y comportamiento, sin tratar de encontrar cuál es exactamente “tu tipo”. Aquí hay un listado breve de comportamientos reactivos en relación con cada tipología. Cualquiera de ellos puede surgir de maneras o muy sutiles o muy evidentes. Observa de cerca tus percepciones, pensamientos, creencias y comportamientos, antes de asumir que aplican o no en tu caso.
Ponerse ansiose
Los momentos difíciles en una relación hacen surgir pensamientos de pérdida, de separación, de rechazo, así como también las emociones difíciles.
Este estado hace que las decisiones se orienten a aliviar las sensaciones de rechazo (la ansiedad) más que en pos de buscar satisfacer otras necesidades.
Se minimiza la distancia cognitiva, emocional y física (por ejemplo, tener opiniones diferentes puede constituir una amenaza).
Se pone en duda la posibilidad de ser amade, ser incluide o pertenecer.
Se pone en duda o se desconfía de la seguridad del vínculo y con frecuencia puede que acuse a la otra persona de rechazar, engañar o abandonar.
Se le hace difícil a la persona calmarse y sentirse segure cuando se le brinda receptividad.
Se intenta mantener activado el sistema de apego por los pedidos de ayuda, por detonar el conflicto, por insistir en la demanda o intensificar la emoción.
Ponerse esquive
Se intenta controlar y maximizar la distancia psicológica esquivando toda interacción emocional, la muestra de los sentimientos, el acceso a la intimidad o la interdependencia
Se niegan o suprimen los sentimientos y las necesidades vinculadas on el apego. (Puede que recurra a cualquier cosa que produzca efectos de anestesia para lograrlo, ya sea drogas o placebos socialmente aceptados como el trabajo o el cigarrillo.)
Se abandona la relación personal antes de que la otra persona lo haga.
Se agranda la imagen de sí misme: se considera fuerte y competente mientras que considera a las demás personas débiles y tontas. También puede que se aumente en su propia imagen por asociación con quienes idealiza.
Se critica a las otras personas para mantener la distancia emocional.
Se descartan o minimizan los sentimientos y las necesidades de otres.
Se comparan los aspectos de la pareja o amigues actuales a los “mejores” aspectos de las relaciones anteriores.
Se le hace difícil a la persona calmarse y sentirse segure cuando se le ofrece receptividad, si bien el estado de inquietud puede no ser visible.
Cuando no podemos reflexionar o cuestionarnos las percepciones, los pensamientos, las creencias y los comportamientos de este tipo, es muy difícil acceder a ellos. Para cada tipo de reactividad, la capacidad de reflexionar sobre la experiencia es una destreza fundamental y, de no disponer de ella, cultivarla requiere de apoyo continuo. La capacidad de reflexionar sobre la experiencia es un rasgo fundamental del sentido de seguridad.
Además de esta capacidad, hay tres zonas básicas que son esenciales:
Aprende a mantenerte consciente de tu propio cuerpo, tus necesidades y tus sentimientos al mismo tiempo que te mantienes centrade y regulade.
Comunica tus sentimientos y necesidades desde un lugar centrado, que honra quien eres, y contribuye a la satisfacción de necesidades atendiendo a los sentimientos y necesidades de les demás, con una sensación de confianza en su cuidado hacia ti.
Recibe la nutrición y acepta a las personas que te reciben con atención y tranquilidad
Estas tres áreas requieren de mantener la consciencia en el patrón reactivo y, simultáneamente, mantenerse en la disposición de experimentar la incomodidad y la vulnerabilidad de no percibir, pensar, creer o comportarse de la manera habitual y reactiva. Si no están presentes la incomodidad y la vulnerabilidad, es posible que no estés accediendo a una forma nueva.
Si puedes acceder a estas tres zonas con regularidad y con el apoyo adecuado, tu modelo interno de relación comienza a cambiar: dejarás de esperar el sentimiento de dolor y comenzarás a esperar una sensación de cuidados. Para trabajar con un patrón reactivo de apego, lo más efectivo puede ser comenzar con una relación en particular que elijas para practicar. Quizás la elección más obvia sea la que establezcas con un terapeuta y que sea una relación de sanación del apego. En los vínculos cotidianos, si deseamos empezar a tener un sentido de mayor seguridad en las relaciones, pueden implementarse una variedad de estrategias:
En un estado de atención plena, nota el impulso de moverte hacia la otra persona o de alejarte y el tipo de consciencia que está presente en ese impulso.
Cuando estés pasando por momentos de angustia o inquietud, trae a la mente alguien que te ama y apoya.
Reflexiona regularmente sobre los sentimientos y las necesidades, y comparte tus reflexiones con alguien que sea receptive y pueda ofrecer cuidado.
Aprende modos de calmarte a ti misme y estrategias de autoregulación, y practícalos.
Lleva la atención a todas las formas en que otras personas expresan cuidado hacia ti, y hazlo con frecuencia y regularidad.
Lo bueno sobre el sentido de seguridad en las relaciones es que la sanación y la práctica pueden suceder, y el patrón de apego reactivo inicial puede transformarse en dirección a lograr seguridad. Si tienes hijes y haces el trabajo de sanación, criarás niñes con seguridad emocional. Si estás en una relación de pareja y haces el trabajo de sanación, podrás tener el beneficio de une compañere segure. Si tienes amigues querides y una comunidad, y haces el trabajo de sanación, puedes incorporarla, junto al cuidado y alivio que posiblemente allí se brinden libremente, y contar con ellos.
Práctica
Programa un temporizador para que suene a los dos minutos. En ese tiempo, trae a la mente experiencias de cuidado y alivio con otras personas.