Diálogo Consciente y Compasivo

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Practica la consciencia plena sin moverte despacio

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Con frecuencia escribimos sobre las ventajas de bajar la velocidad y tomarse pausas. Reducir la velocidad y pausar puede ayudarnos a regular las emociones y permitirnos conectar con lo más importante en ese momento. Puede brindarnos la oportunidad de interrumpir juicios o temores habituales, y liberarnos para poder disfrutar de lo simple en cada momento. Por ejemplo, caminar a ritmo lento y conscientemente por una plaza puede ayudarnos a absorber plenamente las imágenes, los aromas y los sonidos en un nivel sutil y satisfactorio. Bajar la velocidad y hacer pausas es una estrategia que puede servirnos para atender varias necesidades. 

Por otro lado, la lentitud no necesariamente equivale a la consciencia plena. La consciencia plena no depende del tiempo. Es una cualidad de atención benevolente a la que podemos acceder en cualquier actividad. Tenemos un amigo que corre carreras de motocicleta y hace poco le pregunté qué le gusta de esa actividad. Me describió una experiencia de concentración profunda que justamente es uno de los aspectos de la consciencia plena. Si bien anda a una velocidad de más de 300 km/h, para él es como si el tiempo se detuviera. Está tan concentrado que vive cada minisegmento de la experiencia sensorial tan plenamente hasta el punto que puede desmembrar el sonido de un motor en cada uno de sus tonos y timbres. Cuando me relataba su experiencia se le iluminaba el rostro de vitalidad. La presencia centrada en el momento es una experiencia profundamente satisfactoria. 

Si soltamos la idea de que consciencia plena es acerca de ir lento, podemos acceder a una variedad de estrategias que nos permiten cultivarla en nosotres, lo que nos dará acceso a una mayor sabiduría y compasión. Es fundamental recordar que lo central de la consciencia plena es una actitud de amor benevolente hacia tu experiencia en el momento presente.

Partiendo de esta intención central, veamos tres estrategias para cultivar la consciencia plena en medio de un día lleno de actividades.

1) Primeramente, una de las formas más simples y poderosas de alcanzar la consciencia plena es dirigir la atención a tu interior. Puedes cerrar los ojos o mantenerlos abiertos. Incluso en una parada de semáforo puedes tomarte un momento para sentir la respiración, concentrarte en el centro de tu abdomen o recorrer tu cuerpo buscando las sensaciones que están presentes. Ya sea en la fila de la verdulería, en el auto manejando o limpiando la casa, solo dirige tu atención hacia tu interior y observa qué notas. Este simple acto de consciencia plena interrumpe los patrones reactivos habituales del pensamiento y proporciona un poco de energía extra. 

2) En segundo lugar, concéntrate en uno de los cinco sentidos durante unos minutos cada día. Por ejemplo, cuando te levantas de tu escritorio para ir al baño, nota las sensaciones en la planta de los pies al caminar. O si estás en la oficina, mira por la ventana y observa los espacios entre los objetos que ves. Si estás al aire libre, registra cuántos sonidos diferentes puedes oír. En esos momentos, al enfocarte en los sentidos, tu mente tiene una oportunidad para descansar y se rejuvenece. 

3) En tercer lugar, crea una práctica que interrumpa la resistencia. La resistencia a la experiencia de lo que está sucediendo es tan habitual que tal vez casi ni lo notes hasta que dejes de sostenerla y sientas alivio. Esta resistencia produce sufrimiento y te quita una valiosa energía vital. Crea el hábito de usar la tensión o la incomodidad como una señal para recurrir a un mantra o alguna acción que te permita aceptar tu experiencia tal cual es. Un mantra de aceptación puede sonar como cualquiera de los siguientes:

  • Me siento _____________ y no pasa nada.

  • Puedo estar con esta experiencia. 

  • Puedo amar esta parte de mí. 

  • Le envío amor a esta forma de ansiedad (temor, enojo, depresión, etc.)

  • Tengo suficiente espacio para sentir esto.

  • Hola, parte reactiva de mí: te veo, estás aquí y está bien, no pasa nada. 

Algunas acciones que pueden contribuir a disolver la resistencia son: 

  • Colocar una mano en el corazón.

  • Exhalar por más tiempo del que inhalas. 

  • Estirarte y bostezar. 

  • Darte un autocontacto o masaje reconfortante.

  • Sonreir y relajar los músculos tensos. 

El cambio que quieres realizar en tu vida y ver en el mundo surgirá de una mente nueva y un corazón abierto. La consciencia plena abre la puerta a una forma nueva de experimentar la vida que va más allá de los hábitos y nos da acceso a la sabiduría. Puedes aprender y evolucionar a través del sufrimiento, el dolor y la monotonía, pero no es necesario. Cuantos más momentos de conciencia plena puedas ir hilvanando en tu vida, más oportunidades tendrás de crecer a través del descubrimiento, la comprensión profunda y la experiencia placentera. 


PRÁCTICA

Elige una de las prácticas descritas anteriormente para realizar cada día durante la próxima semana. Busca una forma sencilla de recordar la práctica que elegiste. Por ejemplo, pega un cartelito en los lugares a donde llevas la atención durante el día, o escríbete un recordatorio en la mano, o programa varias alarmas en el teléfono para recordarte practicar.