Diálogo Consciente y Compasivo

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Cómo destrabar las discusiones trabadas

“Tenemos la misma discusión una y otra vez. Él quiere tener más dinero para comprar equipos para el trabajo y yo quiero que tengamos más ahorros.” 

Discusiones como esta se reiteran y quedan trabadas cuando las personas creen que discuten por un determinado tema (en este caso el dinero) en lugar de las necesidades universales que están vivas para cada quien y que tratan de proteger. En nuestro ejemplo, la primera persona parece convencida de que la única forma en que puede ser creativa en su trabajo es comprando equipamiento costoso. La segunda persona parece pensar que la única forma en que puede satisfacer su necesidad de seguridad y libertad de elección es mediante una cifra concreta de dinero ahorrado. Cuando las necesidades quedan asociadas a las estrategias, como en este caso, se genera una situación sin salida.  

Otro modo en que las discusiones quedan trabadas se da cuando aún no se logra una conexión empática entre las personas. Es decir, cuando no nos hemos trasladado por completo al mundo de la otra persona y no hemos conectado con los sentimientos y las necesidades detrás de la estrategia que proponen. 

¿Qué se necesita para crear esta conexión empática?

  • Primero, es necesario sentirnos disponibles para dejar de lado nuestras ideas sobre por qué la otra persona dice lo que dice. Si conoces a alguien desde hace tiempo, es fácil pensar que ya sabes lo que le es verdadero. Los supuestos de este tipo bloquean la escucha y la conexión. 

  • Precisamos tener una intención y la disponibilidad de permanecer en diálogo hasta que surjan la comprensión y conexión mutuas. Esto implica dejar de lado cualquier pensamiento del tipo:  “¡No tiene sentido!” o “Lleguemos hasta acá o vamos a meternos a una pelea grande sin llegar a ninguna parte”. Y luego reconectar con la respiración y permanecer en el asiento. 

  • También necesitamos una disposición a dar empatía. Y dejar que quien esté más disponible para brindar empatía escuche primero. 

  • Por otra parte, debemos estar disponibles para que una persona hable a la vez. Esto implica que aunque tengas reacciones y desees defender tu punto de vista, no compartirás nada sobre ti cuando no sea tu turno. Si tienes temor de olvidarte de lo que quieres decir, puedes pedir una pausa y escribirlo. Luego retomas la escucha.

  • Para quien habla: usa la lista de necesidades y nombra las que están presentes para ti en esta situación. Haz un esfuerzo por recordar que repetir una y otra vez las mismas frases no contribuye a un mayor entendimiento. Intenta decir las cosas de otra manera. Ayuda a la otra persona a que conecte contigo. Y lo más importante: expresa tus necesidades y sentimientos y nada más, sin contar historias o justificarte. Utiliza la lista de sentimienos y necesidades para esto. 

  • Para quien escucha: si no estás en condiciones de ofrecer empatía, quizás quieras brindarte autoempatía antes, o recibir empatía de alguien más. De lo contrario, brinda a la persona un reflejo de los sentimientos y necesidades que escuchaste y deja que tu corazón conecte en el nivel de la humanidad compartida. Puede que necesites decir lo que escuchas más de una vez y de diversas maneras antes de que realmente logres conectar con lo que está vivo para la otra persona. Si estás escuchando más palabras de las que puedes absorber, interrumpe y devuelve lo que escuchaste hasta ese momento. Si se dijeron de forma explícita, ofrece a la otra persona las suposiciones de necesidades y sentimientos que escuchaste.

Una vez creada la conexión empática, surge un ofrecer natural que proviene del corazón; y es posible que las acciones y los pedidos que se te ocurren en ese lugar lleguen a sorprenderte. Se ablanda tu modo tan tenaz de aferrarte a “tu propia manera de hacer las cosas” y comienzas a explorar otras formas en que podrían satisfacerse tus necesidades. 


PRÁCTICA

Si en tu vida existe alguna discusión trabada con alguien, toma un tiempo para reflexionar sobre los sentimientos y las necesidades que están vivos para ti y lo que supones puede estar vivo para la otra persona. Antes de volver a hablar del tema, expresa tu intención de crear entendimiento. Haz un pedido de que tomen turnos para hablar y de seguir los pasos enumerados anteriormente.